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Oftalmo PV

Los maravillosos párpados y su anatomía

¡Los párpados son fascinantes! Esperamos que después de este artículo aprendas a no darlos por sentado y pongas mayor atención en cuidarlos tanto como te cuidan a ti.

Qué son los párpados

Los párpados constituyen una estructura fascinante que cubre y resguarda el ojo. Comprenden músculos, grasa, piel y mecanismos que les confieren movilidad.

La función número uno de los párpados es proteger el globo ocular. ¿Cómo lo hacen? Primero, los resguardan del exterior. Sería imposible tener el ojo expuesto sin la protección de los párpados ya que son una barrera protectora que evita que el globo ocular se seque con el aire, que le entre polvo, exceso de luz o incluso secreciones corporales como sudor. Además, lo protege del calor.

De ellos nacen las pestañas, cuya función incluye activar reflejos de protección para cerrar los párpados si perciben que se acerca alguna amenaza. Un ejemplo es el juego en el que alguien aplaude cerca de tu cara o ya en cuestiones serias, al recibir un golpe o ante salpicaduras repentinas, como cuando salta una gota de salsa, o limón.

O en casos extremos para prevenir algún bicho o animal al acecho, por ejemplo una abeja que quiera clavar su aguijón . (Sí, ¡así como lo lees! revisa este caso).

Adicionalmente los párpados poseen unas pequeñas glándulas que secretan una grasa o aceite que lubrica la superficie ocular.

Párpados y su anatomía

Este sistema es tan complejo que tiene diversos tejidos: piel, músculos, tendones, grasa, nervios, arterias y venas. En la parte exterior se relaciona con las cejas, músculos de las mejillas y la cavidad ósea conocida como órbita ocular. Ver artículo.

Ambos párpados (superior e inferior) se conforman con:

  • Lámina anterior – piel, músculo orbicular
  • Lámina intermedia (septum orbitario) – almohadillas grasas medial y central,
  • Lámina posterior – conjuntiva, tarso y los principales responsables del movimiento vertical de los mismos:
    • Aponeurosis del elevador en el párpado superior
    • Fascia capsulopalpebral en el párpado inferior

La piel de los párpados es considerada la más delgada del cuerpo y carece de tejido celular subcutáneo, con lo que justo debajo de ella se encuentra el músculo orbicular, encargado de cerrar los párpados.

Los segmentos preseptal y pretarsal del músculo orbicular “activan el movimiento” que conocemos como parpadeo. ¿Sabías que las lágrimas también se liberan por la nariz? Esto es gracias a que estos segmentos también participan en el bombeo lagrimal hacia los conductos nasolagrimales que desembocan dentro de la nariz.

El tarso es una estructura rígida que se encuentra tanto en párpado superior como inferior; brinda soporte y le da forma al párpado. En él se encuentran las glándulas de Meibomio, responsables de producir la capa externa de la película lagrimal y también en él se encuentran los folículos pilosos de las pestañas.

La conjuntiva es una membrana que cubre la superficie interna del párpado y la superficie externa del ojo. El nervio que se encarga de la sensibilidad de esta zona, es una rama del mismo que nos da la sensibilidad en los dientes, por eso es que cualquier herida duele tanto como cuando vas al dentista y te tocan terminales nerviosas.

Padecimientos y condiciones en los párpados

Cuando las glándulas de meibomio se bloquean puede causar blefaritis, chalazión u otros padecimientos importantes como el síndrome del ojo seco.

También algo común son los tumores, los cuales pueden ser benignos o malignos y se encuentran tanto en la superficie de los párpados como en sus bordes o dentro de sus capas internas. Estos últimos suelen dar la apariencia de párpado caído (ptosis) o incluso empujar el globo ocular hacia algún lado y dar apariencia de desviación ocular o incluso de proptosis.

En los párpados inferiores pueden aparecer las conocidas “bolsas” las cuales dan apariencia de cansancio y son una de las principales razones por las que las personas buscan una cirujana oculoplástica.

Cuidados en casa

Estos pasos te ayudarán a tener párpados sanos:

  • Realizar aseos de párpados diariamente: tallar pestañas con ojos cerrados, con espuma de jabón neutro, shampoo de bebé y enjuagar; o usar toallas prehumedecidas prescritas por tu oftalmólogo.
  • Desmaquillar siempre; se recomienda agua micelar y no se recomiendan aceites o cremas.
  • Higiene al usar extensiones de pestañas.
  • No usar maquillaje caducado y evitar delinear en “línea de agua” o superficie de borde palpebral.

Para preservar la salud de tus fascinantes párpados, consulta a una especialista en párpados, órbita y vía lagrimal. En Puerto Vallarta y Riviera Nayarit, la doctora May Cadena está a tu disposición.

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